Faith and knowledge are friends and together they produce the joy of the promise in today’s gospel reading, said Bishop Michael Boulette in his homily at MACC’s Spring 2018 Mass and Commencement on May 12.
Over 200 guests filled the Assumption Seminary Chapel. This spring, nine students received their Bachelor’s degree, three received their Certificate in Pastoral Ministry and Pre-Theology, and 16 received their Certificate in Diaconal Studies.
In the gospel of that Saturday, Christ tells his disciples that they can ask the Father for anything. Bishop Michael explained that this is true. However, all requests are to be made in the name of Jesus.
“The invitation to become askers is an invitation rooted in the paschal mystery of this season,” he said. “It presumes that members and leaders ask in faith not for the sake of their personal well-being nor to acquire greater esteem among others but rather to deepen their intimacy with God.”

The message suits well, as MACC students are those preparing to lead lives of service in their own ministry. This class included a variety of future leaders: lay people, seminarians, religious, and deacon candidates. The Archdiocese of San Antonio ordained 15 new permanent deacons from this class, including six permanent deacons from Del Rio, Texas who are the first to have completed MACC’s five-year Deacon Formation Program via distance education.
Bishop Michael concluded his homily quoting Pope Francis encouraging students to be the type of theologian who can build humanity among neighbors. The risen Lord, the mediator of love, sends the Holy Spirit so that knowledge gained through study is seen as a gift to help us better serve others. Our purpose is to reveal the mercy of God to his people, concluded Bishop Michael.
“We join Pope Francis asking Our Lady of Guadalupe that we may become pillars of the word,” he said. “May she continue to walk with us as we begin from this place, moving towards an even more deep and joyful encounter with Christ and with his church for the service of the people of God.”
MACC GRADÚA A VEINTISÉIS LÍDERES MINISTERIALES EN LA GRADUACIÓN DE PRIMAVERA
La fe y el conocimiento son amigos y juntos producen la alegría de la promesa en la lectura del Evangelio, dijo el Obispo Michael Boulette en su homilía de la Misa de Graduación de la Primavera 2018 de MACC el 12 de mayo. Más de 200 invitados ocuparon los asientos en la Capilla del Seminario de la Asunción. Esta primavera, nueve estudiantes recibieron sus licenciaturas, tres estudiantes recibieron sus Certificados en Ministerio Pastoral o Pre-Teología, y 16 estudiantes recibieron sus Certificados en Estudios Diaconales.
El Evangelio de ese sábado fue uno en el que Cristo les dice a sus discípulos que pueden pedirle al Padre cualquier cosa. El Obispo Michael explicó que esto es cierto, sin embargo, todas las solicitudes deben hacerse en el nombre de Jesús.
“La invitación a convertirse en consultores es una invitación enraizada en el misterio pascual de esta temporada,” dijo él. “Se supone que los miembros y los líderes piden en fe no por su bienestar personal ni para adquirir un mejor plan entre otros, sino más bien para profundizar su intimidad con Dios.”

El mensaje se adapta bien, ya que los estudiantes de MACC son aquellos que se están preparando para llevar vidas de servicio en sus propios ministerios. Esta clase en particular incluyó una variedad de futuros líderes en forma de laicos, seminaristas, religiosos y diáconos. La Arquidiócesis de San Antonio ordenó a 15 nuevos Diáconos Permanentes quienes fueron parte de esta clase, incluyendo a seis Diáconos Permanentes de Del Río, Texas, que son los primeros en completar el programa de MACC de estudios de Diaconado de cinco años a través de la Educación a Distancia.
El Obispo Michael concluyó su homilía citando al Papa Francisco y animando a los estudiantes a ser el tipo de teólogos que pueden construir la humanidad a su alrededor. El Señor resucitado, el mediador del amor, envía al Espíritu Santo para que la academia y el conocimiento se entiendan como un don para servir con el propósito de revelar la misericordia de Dios a su pueblo, concluyó el Obispo Michael.
“Nos unimos al Papa Francisco pidiéndole a Nuestra Señora de Guadalupe que seamos pilares de la palabra,” dijo él. “Que ella continúe caminando con nosotros cuando comenzamos desde este sitio hacia un encuentro aún más profundo y alegre con Cristo y con su iglesia para el servicio del pueblo de Dios.”