During the July semester of Summer 2018, a group of young leaders were enrolled in Hispanic Ministry in the 21st Century. One of their assignments was to keep a journal to reflect on their border immersion experience and service learning project in evangelization ministry. Below are a few entries from one of the students, a moving reflection of what she experienced meeting migrant families at one of the border towns in Texas. Original journal entries were written in Spanish.
Durante el semestre de verano de julio del 2018, un grupo de líderes jóvenes se inscribieron en el Ministerio Hispano en el Siglo XXI. Una de sus tareas era llevar un diario para reflexionar sobre su experiencia de inmersión en la frontera y su proyecto de aprendizaje de servicio en el ministerio de evangelización. A continuación se presentan algunas entradas de una de las alumnas, un emotivo reflejo de lo que experimentó al conocer a las familias migrantes en uno de los pueblos fronterizos de Texas.
Mission Journal Entries by Jazmin Santiago
Jueves, 12 Julio 2018
Señor, desde mi Bautizo me hiciste profeta pero rara vez recuerdo que deseas que cumpla esta misión. Cuantas veces me quejo de lo mal que están las cosas a mi alrededor y que pocas veces profetizo en tu nombre al estilo de Jesús.
El primer día de misión meditamos la pasión de Jesús Cristo. Jesús quiso que yo compartiera la estación ocho. Me impacto a leerla porque en mi corazón siento un dolor por esos niños que fueron separados de los padres. Incluso en si pasión la atención de Cristo estaba en los demás. Estaba lleno de compasión por los miembros más vulnerables de la sociedad. Pregunta, ¿Asumiremos el sufrimiento de otros a un si esto implica nuestro propio sacrificio?
Viernes, 13 Julio 2018
Jeremías 22:3 – Practiquen el derecho y la injusticia libren al explotado de la mano del opresor; no maltraten ni hagan violencia al extranjero, al huérfano y a la viuda; no derramen sangre inocente en este lugar.
El día de hoy visitamos a la frontera en Hidalgo, Texas. Una experiencia purificadora, hermosa, dolorosa el solo pararse enfrente la cerca se sentía un dolor muy profundo al corazón. Por un momento, todo al mí alrededor se detenía y lo único que venía en mi mente eran mis amigos, mi mejor amiga que no tiene documento en este lugar. En ponerme un poco en su lugar y ver mi país, donde nací, ahí tan cerca y no poder ir, sobre todo se me venía a la mente a las familias y a los niños separados detenidos, sufriendo y huyendo de sus países por la violencia y corrupción. De pronto se acerca una compañera de la misión con unas cintas de zapatos, unas grandes y negras y otras pequeñas de color rosa. La señora Ramona que nos explicaba que cuando detienen a los migrantes les quitaban las cintas de los zapatos antes de llevárselos detenidos, eso solo se significaba una cosa; separación de madre y su hija pequeña. El corazón destrozado y conmovidos de todos nos puso a reflexionar. Al seguir caminando nos encontramos lentes de algún migrante tirados, Dr. Chávez dijo algo que se me quedo grabado en el corazón, “Hay que ver con los ojos de Cristo.”
Mateo 5:7 – Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzaran misericordia.
Después de hablar juntos y reflexionar nos fuimos a visitar a familias pobres y necesitadas con ARISE. Pude escuchar, ver y acompañar a estas familias con testimonios impresionantes del como cruzaron la frontera, el cómo viven ahora y su humildad y amor de familia. Todo esto lo pude sentir cuando visitamos la primera casa. Fue algo impactante pues este hogar estaba echo físicamente de tablas de madera como paredes y una lona de plastico como techo, unas camas dentro y afuera era donde cocinabas, el baño lo pedían prestado. En este hogar vivían tres niños y dos niñas junto con su mama y su esposo que ha sido deportado y todos viviendo en ese lugar tan chiquito y peligroso. La mama toda una guerrera, perseverante haciendo comida, trabajando en remates por las tardes con sus niñas para sacarlos adelante. Me impresiono el gran amor que se tienen como familia; muchas veces hay personas con casas grandes y muy lujosas y la familia peleada, sin embargo ellos viviendo con tantas carencias siguen unido y amándose con ese corazón tan grande que tienen como familia. Después del visiteo y escuchar testimonios de ARISE nos dirigimos de vuelta a la basílica de San Juan y compartimos nuestro sentir nuestra experiencia de este día. Todos estábamos conmovidos pero con muchas fuerzas y mas motivación para ahora actuar y hacer algo por los mas pequeños, por los necesitados por los abandonados, nuestros hermanos migrantes que necesitan de nuestra ayuda.
Jueves 14 de Julio, 2018
Mateo 25:45 – Jesús nos dice que lo que hagamos por los pequeños lo hacemos por EL.
Este día fue muy especial, tuvimos la bendición, la gracia de conocer a la madre Teresa de los migrantes, la Sister Norma Pimentel en Caridades Católicas, ¡un ser humano extraordinario e increíble! Tuvimos la gracia de poder acompañar y convivir con las familias migrantes que habían sido separadas, pero que gracias a Dios nuestro Señor ya estaban reunidas de nuevo, algunos de ellos no tan reunidos, como el caso de una niña de 9 añitos, que al colorear con ella me contaba como habían cruzado la frontera ella y su papi juntos, y como su mama y sus hermanos se quedaron en Centro América. Mientras seguía jugando con los niños, unos de ellos me llamo la atención por que lloraba mucho y se chupaba su dedito y ya estaba algo grande para eso, y cuando pregunto que por que lloraba, otro niño me dice, que por que a su papa se lo había llevado el camión, a lo que uno de los papas cerca me compartió que el niño estaba solito, y a su papa lo habían deportado. Escuche tantos testimonios desgarradores, tristes. Lo que a mí me pone triste, son las despedidas, la parte más difícil de una misión es el despedirse, la niña con la que estuve jugando, me hizo esas preguntas que no quería escuchar: ¿porque te vas? ¡No te vayas! Me aguante las lágrimas, se me hizo un nudo en la garganta, y le dije que siempre estaría orando por ella y que Dios nos volvería a juntar un día. Me abrazo y se fue. Para Dios no hay imposibles, es hora de tomar acción y ayudar a los más pequeños, nuestros chiquitos y sus familias. Empieza a despertar en mi ese espíritu misionero, ahora lo logro entender claramente.
Isaías 6:8 – ¿A quien enviare? ¡Aquí estoy envíame!

